
Hay campañas que te enchinan la piel y otras que te hacen pensar que el equipo creativo olvidó que el Día de Muertos no es Halloween.
El branding alrededor de esta fecha va mucho más allá del simple acto de vender. Se trata de honrar, emocionar y conectar con la identidad mexicana.
Veamos quiénes lo entendieron —y quiénes deberían encender una veladora por su reputación.
Si hay una marca que ha convertido el Día de Muertos en su territorio emocional, es Cerveza Victoria.
En los últimos cinco años ha construido una narrativa consistente donde la memoria, el orgullo y la identidad mexicana se entrelazan en cada frame. En 2020 nos habló del reencuentro entre vivos y muertos con una narrativa cinematográfica impecable. En 2023 exploró la idea de “El sabor de la eternidad”, rindiendo tributo a nuestras raíces gastronómicas.
Y en 2025, con “A ti, ¿quién te espera?”, llevó la emoción al siguiente nivel: un cortometraje pintado a mano sobre la lealtad y la memoria, protagonizado por un xoloitzcuintle.
Victoria mantiene coherencia, sensibilidad cultural y una evolución constante del concepto sin repetirse. Cuando una marca logra emocionar año con año, deja de hablar de productos y empieza a hablar de identidad.
Doritos le dio al Día de Muertos una nueva capa de significado con “Nunca es tarde para ser quien eres” (2021).
Un cortometraje donde un tío regresa en espíritu acompañado de su pareja, y la familia —por fin— lo acepta.
Fue un punto de inflexión para la marca: del snack irreverente al símbolo de inclusión emocional. Doritos entendió que el Día de Muertos también es recordar con amor, con una ejecución que combina sensibilidad, propósito y coherencia con su ADN.
El resultado: una de las campañas más humanas de su historia.
La Costeña no necesitó altares monumentales ni efectos digitales. Le bastó con un insight poderoso: los recuerdos también se cocinan.
La campaña mostró cómo las recetas familiares mantienen viva la memoria de quienes ya no están. Fue emotiva, honesta y perfectamente alineada con su esencia. A veces lo más poderoso no es reinventar, sino honrar lo esencial.
Panam buscó modernizar el Día de Muertos con imágenes generadas por inteligencia artificial. El resultado: una ejecución sin emoción humana, donde la tecnología eclipsó el sentimiento.
Lo que pudo ser una declaración creativa terminó demostrando que la IA no sustituye la intuición cultural, solo amplifica lo que se entiende —o no— del contexto. La tecnología sirve al propósito; no lo define.
Coppel quiso sumarse a la conversación con una campaña de moda inspirada en las catrinas. Aunque visualmente llamativa, careció de profundidad simbólica. El Día de Muertos no se presta para la superficie: necesita alma, historia y respeto.
Disfrazar una campaña de tradición no la vuelve parte de ella.
Zara, Bershka y otras marcas internacionales lanzaron colecciones “inspiradas” en el Día de Muertos, pero sin entender su esencia.
Diseños genéricos, frases vacías y cero conexión con la cultura mexicana.
El público lo notó: el Día de Muertos no es una tendencia, es identidad. Cuando una tradición se usa como accesorio, la marca termina vacía y sin sentido.
Algunas marcas de belleza apostaron por versiones visualmente impecables del Día de Muertos, pero sin profundidad simbólica.
Altares con estética de Pinterest, sin historia, sin conexión.
El público percibió la distancia emocional. No se trataba de rendir homenaje, sino de decorar. En el Día de Muertos, la forma solo tiene valor cuando sostiene un fondo con significado.
En el análisis de estos cinco años de campañas, el Día de Muertos nos ha dejado una lección que ningún brief debería olvidar: las marcas que conectan con la emoción trascienden; las que imitan, se diluyen.
Cerveza Victoria domina el storytelling cultural.
Doritos demostró que la inclusión también honra la vida.
La Costeña encontró poder en la sencillez emocional.
Para participar en celebraciones culturales como el Día de Muertos, las marcas deben hacerlo con comprensión profunda y compromiso genuino. Porque en branding, o conectas o decoras. Y el Día de Muertos no necesita más decoración.