Domino's se reinventa con un eslogan tan sabroso que funciona como canción e identidad a la vez
November 3, 2025

Domino’s acaba de sacar del horno su primer rebranding en 13 años. La cadena no solo actualizó su paleta de colores, tipografía y empaques para lucir más fresca y llamativa, sino que decidió probar algo inesperado con su eslogan: añadir más “M” al logotipo. Mmm. Ese detalle aparentemente simple transforma la marca en una experiencia sensorial que se percibe antes de siquiera abrir la caja. Es un ejemplo de cómo el branding estratégico puede generar deseo inmediato, no solo reconocimiento visual.

El nuevo branding, llamado ‘Crave’, está pensado para despertar apetito incluso antes de probar la pizza, siguiendo la línea de recientes renovaciones de Burger King y Papa John’s, que usaron tipografías suaves y paletas de colores frescas para comunicar calidad y frescura de los ingredientes. Cada elemento gráfico —desde los colores intensos hasta la tipografía Dommino’s Sans, creada especialmente para la marca— busca provocar emoción y recordación. Cada curva y cada borde de la tipografía tienen personalidad propia, transmitiendo cercanía, modernidad y un guiño juguetón que convierte el logo en un actor más dentro de la narrativa de marca.

Pero lo más ingenioso ocurre con su eslogan, o como Domino’s lo llama, su “cravemark”. Shaboozey interpreta la marca alargando la “M” en “Dommmmmino’s”, y en pantalla la animación refuerza visualmente la letra extra antes de integrarse en el icónico dominó del logo. El resultado es una experiencia de marca multisensorial: ves, escuchas y sientes la marca al mismo tiempo. Este tipo de diseño demuestra que una marca puede hablar directamente a tus sentidos, no solo a tu intelecto, creando conexión emocional profunda y duradera.

Además, Domino’s no se limitó al logo o al jingle. La renovación incluye uniformes, merchandising, empaques y actualizaciones digitales que refuerzan la coherencia de la identidad en todos los puntos de contacto. Cada interacción, desde abrir la app hasta recibir la pizza, comunica la personalidad de la marca: divertida, cercana y confiable. Es un claro ejemplo de branding holístico, donde cada detalle —visual, sonoro y experiencial— suma a la percepción general y fortalece la conexión con los clientes.

Domino’s logra hablarle a la nueva generación de pizza lovers sin perder la conexión con quienes llevan años disfrutando sus pizzas. Este equilibrio entre innovación y esencia demuestra que reinventarse no significa traicionar la identidad, sino adaptarla y amplificarla. Con su nueva identidad, Domino’s no solo cambió su imagen: afirmó su personalidad, se posicionó como relevante para la audiencia moderna y demostró que, en branding, incluso un gigante puede seguir siendo fresco, divertido y, sobre todo, irresistible.